Después de mis tres semanas sola en Nueva York
Muchas veces me habéis escrito emails preguntándome que ha pasado con mi vida desde que regresé de mi viaje de 3 semanas Sola en Nueva York del 2010.
Bueno, la verdad es que muchas cosas han pasado. He tenido 3 años intensos de experiencias buenas, malas y extrañas.
A mi regreso del viaje, entré en una obsesión permanente de que me tenía que ir de Barcelona, miré opciones como por ejemplo hacer un traslado a Madrid, meterme a monja o ser donante de pelo. La cuestión era cambiar. Pero ¿cómo?, ¿donde iba a centrar mi vida?
En aquella época el blog casi no existía. Tan sólo me había limitado a escribir mi historia de 3 semanas para amigos, familia y unas pocas visitas que realmente no sé de donde me llegaban, pero que me alagaban. De hecho el blog entonces no tenía ni dominio. Se llamaba Tres Semanas Sola en Nueva York.
Al mes de llegar de Ny conocí en Bcn a un Australiano 16 años mayor que yo, pero que vivía en Melbourne, se me fue la olla y en cuestión de unos meses cogí un avión SOLA y me planté en Australia con un par de huevos para ver que pasaba con ese hombre. Tantos meses de «relación» a distancia, caes en la peor de las idealizaciones y cuando aterricé en Melbourne, no tardé ni 48 horas en decirme a mi misma «en qué cojones estabas pensando pava».
Así que me encontré en el culo del mundo, con un hombre al que había idealizado hasta los topes de los topes, alojándome en su casa durante 1 mes y sin saber mucho que hacer mientras él trabajaba. Pero estaba en Australia, un país que ni por asomo me había planteado ir en mi vida. Pero estaba ahí y tenía que aprovechar.
Conocí el Melbourne más profundo, me piré SOLA a Sydney 2 días porque tenía que verlo y así fueron pasando los días hasta que regresé a Bcn frustrada perdida con esa relación, pero enamorada de la increíble calidad de vida de ese país.
Llego a Barcelona y lo primero que les digo a mis padres en el aeropuerto del Prat es que he decidido dejar mi piso, regresar con ellos, meterlo todo en un trastero, ahorrar 10 meses y dejar el trabajo ( en plena crisis) para irme 1 año sabático a Australia a escribir un libro (a esto se le llama la crisis de los 30 y pico cuando estás soltero)
Y así lo hago, dejo mi piso, lo meto todo en un trastero, vuelvo a los 32 años a casa de mis padres y empiezan a pasar los días.
Cada día que pasa es peor, me meto en la cama pensando, ¿qué cojones estás haciendo con tu vida? ¿Australia? ¿En serio?
Al mes, empiezo a entrar en confusión cuando me fijo en el tatu de la libélula que me hice durante el viaje de mis 3 semanas y no paro de pensar en NY ¿pero qué haces? ¿estás loca? ¿has perdido el norte?.
A los dos meses paré mi decisión de pirarme a Australia. Me senté delante de mi escritorio y empecé a hacer el típico collage de cosas que quiero atraer en mi vida. Ser feliz, escribir, volver a confiar en el amor, encontrar a mi compañero de viaje (si es que existe) , poder correr 10km seguidos sin palmarla a medio camino, perder el miedo a volar, vivir acomodadamente, tener un par de hijos (no más) que no lloren y soporten una infancia llena de vuelos de más de 12 horas , etc, etc…
Así que decidí que tenía que empezar a escribir. Era lo que quería. Tan sólo tenía que empezar a escribir porque era lo único que me apetecía hacer. No tenía ni idea a lo que me llevaría, pero sentía que tenía que hacerlo. Y así lo hice. Me metí en mi blog que llevaba más de 1 año parado y le empecé a dar caña. Hablaría solo de cosas de las que me apeteciera, redescrubriría NY a mi manera y pronto empezó a crecer.
Así que me pongo a escribir y a los pocos meses se separan mis padres y pienso… ¿qué me estás contando?. Cuando ya tienes 30 y pico es como un shock que se te rompa la familia. Pero bueno, ahí vamos, acostumbrándonos a esta nueva situación porque no queda otra. Con toda esta vivencia familiar atravieso unos meses de mucha tristeza.
Pero llega el verano y me voy 2 semanas a Japón, consigo un billete de 500 euros y vivo el verano más freaky y auténtico de mi vida. Descubro los photomatones y el Family Mart.
Vuelvo de japón y me apunto a japonés. Estoy tan intrigada en saber de cómo está compuesto ese idioma, que necesito saber.
Duro 2 meses. Literal. Hay que estudiar tanto que entre el trabajo, el blog y mi extraña vida familiar, me siento tonta en clase cuando ya desde el primer mes te hacen leer japonés. Pero bueno, algo he aprendido.
Mientras tanto el blog sigue creciendo y la verdad es que la experiencia me da alegrías.
Entre todo esto el australiano sigue escribiéndome.
Luego viene el nacimiento del proyecto de mi vida LetsPlanning.. que tampoco os voy a dar más la tabarra porque creo que ya os tengo aborrecidos por las redes sociales…jaja.
Vendo el primer viaje de LetsPlanning con una ilusión tremenda.
Dos meses antes del viaje retomo contacto intenso con un amigo de hace tiempo, nos vamos viendo en grupo, me escribe casi a diario y pienso, aquí hay tema. Voy a NY, hago mi viaje de chicas y vamos hablando durante el verano. Regreso eufórica del éxito del viaje y con ganas de ver al amigo. Quedamos para cenar y tal cual cuando acaba la cita, me doy cuenta de que soy una experta en mal interpretar señales. Este colega no quiere nada conmigo, así que decido sacármelo de la cabeza.
El resumen que saco de todo esto, es que soy víctima de primer grado del puñetero mundo cinematográfico. Muchas veces he visto Serendipity, Dirty Dancing, Algo para Recordar… que hasta hablo como en los diálogos: No dejaré que nadie te arrincone Bianca, Idem, etc…
Como este verano, cuando una libélula chocó literalmente conmigo y empecé a chillar de la alegría, cómo si el hada madrina de cenicienta se me hubiera aparecido….
Hace 2 semanas también, la misma semana que me dí cuenta que he’s just not that into me, me puse por fin con la búsqueda de mi piso. El mes pasado le dije a mi madre que necesitaba recuperar mi casa. Después de un año con ella apoyándola, ya había llegado la hora de sacar todas mis cosas de ese trastero.
Empecé mi búsqueda y la semana pasada por arte de magia encontré mi piso. 65 metros, sol a saco todo el día, 2 habitaciones, cocina en la que puedo cocinar, reformado… Al entrar la primera vez en aquel piso, sabía que ese era el piso. Presioné para que me lo dieran y así fue, el lunes pasado firmé contrato y me dieron las llaves.
Con mi contrato firmado y llaves en mano, me fui corriendo al piso, pero tenía que entrar en mi nuevo hogar con todas las cosas que me entristecían a mis espaldas. Este piso es señal de una nueva vida mejorada. Todo lo pasado, pasado está. Ahora es el principio donde todas mis ilusiones se van a llevar a cabo ( no sé si esta frase ha salido en alguna película).
El pasado mes de noviembre hice la mudanza. Visto y no visto.
Así que, hasta aquí han sido mis 3 años. No he conseguido vivir en NY, porque tampoco lo he provocado. Ahora creo que tengo un plan mejor, quedarme aquí con los mios e ir y venir varias veces al año, montando experiencias LetsPlanning para todos vosotros. Ver la cara de felicidad de la gente que viene a los viajes, ha sido la mayor satisfacción laboral que he tenido nunca. Crear algo que hace feliz a la gente, una ilusión, una vivencia, un momento en sus vidas que recordarán, este para mi, es el trabajo perfecto.. y me encantaría que se pueda tirar adelante con muchos más.
Aprovecho el momento para deciros que aún quedan plazas para el de chicas para este verano.. todo momento es bueno 🙂 Toda la info clicando aquí
Feliz lunes,
Bianca