Cómo empecé a cambiar mi vida
Suéñalo, siéntelo, recíbelo
No sé muy bien cómo empezó todo, ni cual fue el día exacto en el que mi vida empezó a cambiar. Supongo que todo se inició en ese momento de oscuridad, en el que pensaba que para solventar mi agrio estado de ánimo, tenía que cambiar mi entorno, escapar, huir, cambiar radicalmente de vida.
Con el tiempo me di cuenta que esa no era la solución, la solución estaba dentro de mi y a través de un viaje interior profundo, empecé a cambiar mi manera de pensar y todo poco a poco, empezó a cambiar a mi alrededor. Así que si estás pensando en escapar (como yo) no lo hagas. Quédate contigo misma (o mismo) y escúchate.
En mi caso estaba rota por dentro, ahora viéndolo desde otra perspectiva, me doy cuenta que lo único que sentía en aquella época era carencia, siempre estaba pensando y sintiendo lo mismo. Estoy sola, nunca me enamoraré, nunca tendré hijos, el trabajo es una mierda, siempre hago lo mismo, no tengo, no tengo, no tengo….. buff.. es que cada vez que recuerdo esa época, me doy cuenta la bola en la que estaba metida.
Pero como todo en esta vida, por algo hay que empezar, y como bien digo yo, las malas épocas son avisos de la vida (collejas literalmente) para que cambies de dirección.
Llevaba muchos años, desde que empecé a currar para otros, sintiendo que yo era un alma libre, que no valgo para trabajar en una empresa. Me entristece, no me gusta tener un horario marcado, ni no tener libertad para hacer y deshacer temas laborales, y mucho menos que me controlen. Sentía que tenía que llevar un proyecto propio, hacer y deshacer a mi manera, buscarme la vida aunque tuviera que pasar momentos angustiosos, en resumen vivir a mi libre albedrío.
Debido a que el trabajo ocupa la mayor parte de nuestro tiempo, tenía que currar para mi. No había otra. Esto lo tenía muy, pero que muy claro.
Y lo intenté, cuando en el 2007 abrí un portal de compra-venta de artesanía con una amiga, pero no nos funcionó. Me quedé frustrada con el tema. Tenía que seguir buscando.
Mi corazón siempre me dirigía a Nueva York. Cada vez que pensaba en Nueva York sentía una felicidad inmensa, así que el primer paso que llevé a cabo fue pirarme sola a Nueva York.
Necesitaba estar conmigo misma para recapacitar y escribir, escribir, escribir y escribir, pero esta historia no os la voy a volver a contar porque ya la tenéis aborrecida. Literalmente escapé, aunque me lo tomé una escapada necesaria para meditar, salir unos días de mi monotonía e intentar verlo todo desde fuera. Me doy cuenta que si no hubiera iniciado ese viaje, tal vez no estaría aquí escribiendo este post ahora mismo.
A mi regreso sentía con fuerza que todo iba a cambiar e inicié una búsqueda en mi interior exhaustiva, mientras devoraba libros de autoayuda que me dieran la clave para cambiar la manera de ver la vida. Todos hablaban de lo mismo, de la fuerza de la positividad, de visualizaciones y de los 3 pasos maestros que hay que seguir para que todo se lleve a cabo: suéñalo, siéntelo y recíbelo.
Así que un día empecé a poner en práctica esto que al principio parece tan difícil. Había ya empezado con el blog de Nueva York, y había organizado un par de viajes en grupo con una agencia de viajes amiga para ver qué tal iban. Sabía que este era mi camino, así que la clave era dejar el trabajo en el que ya no podía más, pero no me era nada fácil.
-¿Como vas a dejar un trabajo con un buen sueldo fijo para meterme en esta locura que no sé a donde me va a llevar? Estás loca! –
Pensaba una y otra vez.
Así que decidí empezar a sentir que dejaba el trabajo para iniciar mi proyecto de viajes. Cada día en el camino al trabajo, bajaba sintiendo que esos eran mis últimos días, no sabía como lo iba a hacer, pero así lo sentía, y cada vez que lo ponía en práctica, me invadía una felicidad enorme.
Aproximadamente un mes después de sentir que me piraba del curro, mi jefe me convocó a una reunión. Me «invitaba» a irme con finiquito por medio. Recortes en plantilla. No me lo podía creer. En ese momento me invadió un pánico enorme, pero tengo que decir que vi la oportunidad en mis narices. Este es el momento Bianca, el momento que estabas esperando.
¡Ese día renací! Me vi en la calle literalmente pero sabía que este era mi momento, el momento de iniciar mi proyecto y de una vez por todas.
Hasta día de hoy y llevando un negocio propio me he dado cuenta de la importancia que es ser positivo, creer en ti y estar convencido siempre de que todo va a ir bien. Si me tuerzo, todo se tuerce. Lo tengo comprobadísimo.
Esto no significa que no tenga momentos difíciles, claro que los tengo, y hay meses que son peores que otros, pero hay que saber reconducir las situaciones sacándote los miedos de encima. El miedo es la cosa más tóxica que hay.
Es literalmente un ejercicio mental que hay que hacer. El truco realmente no está en visualizar cosas en concreto, sino en sentir que la vida está a tu favor, que todo fluye en el camino correcto y que todo lo bueno viene hacia ti.
A veces me imagino que soy un imán, cierro los ojos y siento como mi energía atrae hacía mi todos aquellas personas y experiencias que me van a llenar de felicidad, paz interior, y bienestar en general. Y créeme si funciona. Hazlo dos veces al día o las que quieras, antes de levantarte y antes de irte a dormir. Tienes que concentrarte mucho y sentir, sobre todo sentir. Al principio cuesta, pero cada vez más, la energía la sientes con más fuerza.
Tema pareja, me da como vergüenza explicar esto, pero ¡ahí va! Estoy segura que más de una va a poner en práctica esta historia. Cuando ya estaba a tope con mi proyecto, me puse a visualizar el tema pareja. Quería enamorarme y encontrar a esa persona con la que tener hijos, veía como se me iba el tiempo y estaba triste. Cambié el chip. Recuerdo que en uno de los libros que estaba leyendo ponía que tenías que hacer algún pequeño cambio en casa para sentir que esa persona iba a venir, y así lo hice.
Joder, qué vergüenza me da contar esto ¡pero vamos allá!
Vacié literalmente la mesita de noche de la izquierda pensando que tarde o temprano iba a aparecer esa persona tan especial. Cuando entraba en la habitación, sentía que esa mesita era de «él» y que se llenaría con sus cosas. Cada día, lo sentía más y más. Sentía felicidad por saber que esa persona iba a llegar. Llevaba años sin estar en una relación.
En menos de 2 meses conocí a Iván, al año estábamos viviendo juntos y a los 2 años me quedé embarazada de Gala. Magia.
También es importante alimentarse bien. La alimentación está relacionada no solo con la salud, sino también con el estado de ánimo. Verduras, frutas, semillas y legumbres a más no poder. Evita los procesados. Todo lo procesado es energía negativa para ti. Pero todo esto ya sería aprofundizar en otro campo que os contaré más adelante.
Y otra cosa que descubrí hace 2 años y que me está ayudando enormemente a sentirme mejor, y a conectar conmigo misma, es el yoga. Si no lo has probado, te lo recomiendo.
No sé si este post te servirá de inspiración o no, o tal vez creas que estoy loca, pero aquí lo dejo.
Os dejo una foto con los libros que más me han inspirado y aún a día de hoy, cuando necesito cargar pilas, me los releo de vez en cuando.