Primer año superado

Justo hoy hace un año que dejé mi trabajo para emprender una nueva vida. Parece mentira lo rápido que pasa el tiempo.

Podría resumirlo probablemente como el año más importante de mi vida, tanto en el profesional como en el sentimental.

Como primer año levantando tu negocio sin ayuda, vas tirando como puedes. Aprendes día a día y cada mañana es una lección de autopositivismo para no decaer en esos momentos en los que pendes de un hilo.

Pero aprendí a no tener miedo a nada, sobre todo a no tener miedo al ver tu cuenta bancaria casi en números rojos, y es cuando ahí todo empieza a fluir.

Cuando uno tiene miedos, no está al 100%, no hay creatividad y lo único que te vienen a la cabeza son pensamientos negativos.

Así que este primer año me lo tomo como un año de aprendizaje, aprender que cada día tiene que ser diferente  y a saborear la libertad infinita que me da mi trabajo.

Con el post de hoy animo a todos aquellos que tengáis la idea de emprender vuestros sueños. No tiene porque ser un negocio, pueden ser muchos otros tipos de vida. La vida es corta y nunca sabemos cuando nos tocará nuestra hora de decir adiós.

El tiempo es lo único que tenemos en contra, es por eso que cada día hay que vivirlo como si fuera el último. Hay que hacer realidad nuestros sueños, y cuando lo hayamos hecho, construir otros que nos sigan llenando de felicidad.

Por cierto, toda esta reflexión la hice mientras me preparaba la cena ayer noche. Estar sola en Nueva York me hace más sensiblona 🙂

¡Buen fin de semana a todos!