Day 5: Hell´s Kitchen
Ayer me fuí a dormir muy tarde. Cuando enciendo el ordenador no hay manera de apagarlo. Por las noches no suelo ver la tele. Tan sólo tengo 5 canales y he deducido que no debe tener dado de alta el cable. Afortunadamente tengo 3 películas en la estantería, Under the Tuscan Sun, muy apropiada para mi viaje, The Anchorman y la primera temporada de Weeds.
Cada noche después de cenar, traspaso mis bártulos a la chaise longue que tengo en la habitación. Es mi rincón favorito de la casa. Me tumbo ahí con mi ordenador o con un libro y dejo las horas pasar.
Todo esto es motivo de que hoy me haya despertado tarde. A las 11.45h he salido de casa con una sensación de mañana perdida.
El barrio a visitar hoy es «Hell´s Kitchen» y su mercadillo de cosas de segunda mano.
Hell´s Kitchen Flea Market está situado en el west 39th street & 9th avenue. Digno de visitar. No he encontrado nada que me llame la atención tanto como para comprar, pero he disfrutado viendo todo tipo de cosas extrañas. Hay bastantes vendedores y abren los sábados y domingos de 9.00h a 18.00h.
Cuando he acabado con el Flea Market, mis tripas afirmaban que era ya la hora de comer. Hoy toca probar algún sitio de la cocina del infierno.
Justo donde empieza el mercadillo ahí estaba mi restaurante, cocina italiana, decoración acogedora y un lugar donde poder decir perfectamente lo de «Table for one, please» y no sentirte un bicho raro.
El restaurante se llama «Mercato» (352 west 39th street). Para comer, rigattoni con berenjena, tomate y ricotta. Para beber, agua (siempre sirven agua del grifo, así que nunca pidas agua porque si no te harán pagar la botella. El agua de aquí está buenísima. Nada que ver con la de Barcelona) y de postre un espresso. Total precio de la comida con propina incluida, 20$.
Después de tomar la decisión de buscar cada día un restaurante especial, he salido de Hell’s Kitchen (no hay mucho que ver) y he caminado Uptown, hasta notar el reventón de energía que me ha hecho volver a mi chaise longue y ponerme en modo siesta.
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