Un poco más acerca de mi
Supongo que después de leer mis 22 días, de seguirme en twitter o en facebook, te preguntarás quien narices soy yo, que hago y porqué escribo acerca de Nueva York. Así que he pensado hoy 2 de enero, publicar el primer post del año presentándome de manera oficial.
Mi obsesión por Nueva York me vino a los 17 años. Sin saber pajotera idea de inglés decidí con mis padres que sería una muy buena idea pasar el tercero de BUP en EEUU. Nunca había pisado ese país, pero no se porqué, me fascinaba. Supongo que había visto demasiadas películas y vivir con una familia americana me parecía algo increíble. Así que con 17 años hice maletas y volé rumbó Estados Unidos a casa de una familia desconocida, en un país desconocido y con el inglés básico e inexistente que te enseñan en el cole.
Afortunadamente no llegué directamente al pueblo. Volé a Nueva York con más estudiantes de España. La gente de la agencia nos concentró en un hotel para darnos instrucciones de lo que sería el año.
La primera imagen de la ciudad que tengo grabada fue saliendo del mismo aeropuerto. Limousinas, Mustangs, negros de 3 metros de alto por dos de ancho…me sentí viviendo en una película. Al llegar a Manhattan tuve un sentimiento inexplicable y maravilloso al mismo tiempo. Era como si ya hubiera estado en aquel lugar. Pertenecía a esa ciudad y sabía que volvería.
Después de mis dos días en NY, la llegada al pueblo fué un tanto traumática. Vivía en una casa perdida en una especie de urbanización colgada en medio de una montaña con una divorciada y sus dos hijos. El pueblo se llamaba Pottstown y estaba en el estado de Pennsylvania. Sólo habían 2 colegios, 50 iglesias, 1 supermercado y 1 centro comercial. El instituto era igual que en las películas y pude comprobar aquello que siempre vemos de los populares y los pringados. Desgraciadamente yo estaba dentro del grupo de los pringados y no molaba nada. Nadie me hablaba porque era estudiante internacional (Exchange Student) y estaba considerada como una empollona freak, tan sólo por el mero hecho de estudiar en un país que no era el mío. Un día el tío que tenía al lado en clase de English Literature y que nunca me había dirigido la palabra, me preguntó en uno de los descansos…si era smart. Como no tenía ni idea de lo que significa esa palabra y del palo que me daba darle a entender que no entendía lo que me decía, le dije que YES. Al volver a casa, busqué el significado en el diccionario…y me di cuenta de la cagada que había metido. Smart significa listo-inteligente. Me estaba cabando mi tumba en aquel instituto. Al final supe hacerme mi espacio y me junté con otro español y un par de mexicanos.. Gracias a ellos sobreviví.
Durante ese año en lo único que pensaba era en escapar a NY. Lo tenía a tan sólo 3 horas en coche, pero era una cría bajo la tutela de una familia americana que tenían el antiguo concepto de que las grandes ciudades eran puros infiernos. Afortunadamente lo logré, mi segunda visita fué con mis padres cuando me vinieron a ver. Ellos tampoco habían estado nunca y les encantó…bueno.. a mi madre sí, pero a mi padre no. Y la otra fué a través de un viaje con un grupo de estudiantes de la agencia.
Al regresar a España, volver a ser una estudiante normal y acabar el instituto, me puse a estudiar periodismo y aproveché los 2 meses de un verano para volver a la gran manzana a llevar a cabo unas prácticas de trabajo. Lo tenía muy claro, cuando acabase la carrera tenía que volver a vivir en ese país. Y así lo hice, pero no pudo ser en Nueva York. Para estudiar un postgrado en NY y alojarte ahí, necesitas vender tu alma al mismo diablo. Encontré un postgrado interesante de publicidad y marketing en la Universidad de California en Los Angeles. La misma universidad te dejaba trabajar en el campus y me permitía pagarme ahí la mitad de la estancia. Pero lo mejor de todo no era esto..si no el visado de trabajo de 1 año que el gobierno me daba (OPT) al finalizar los estudios en una universidad estadounidense. Así que a los 24 años recién cumplidos, me fuí a la otra del mundo, nunca mejor dicho y pasé el mejor año y medio de mi vida (hasta ahora). Al acabar de estudiar tenía un objetivo, coger ese permiso de trabajo y pirarme a NY. Envié millones de currículums y un buen día recibí un email confirmando el día y la hora para una entrevista en el canal de televisión NY1 Noticias .
Pillé billete y volé corriendo a la ciudad de mis sueños. Creo que nunca he sentido los nervios que sentí en aquella entrevista. Sudores, tembleques.. era el trabajo de mi vida en la ciudad perfecta. La entrevista duró 3 horas. Regresé a Los Angeles con la esperanza de haber cambiado mi vida, pero nunca más supe.. mi gozo en un pozo.
El dinero se acabó y tuve que volver a España. De esto ya hace 6 años. Me sumergí en mi trabajo, pero me faltaba algo. Cada vez que veía NY por la tele, se me caía el lagrimón. Durante estos 6 años habré vuelto a la ciudad como 4 veces y siempre que dejo Nueva York, vuelvo con ese punto de tristeza. No sé que tiene ese lugar, pero es tal la energía que es el único sitio del mundo donde siento una felicidad incondicional.
Si todavía no la has visitado, te invito a que lo hagas. O te horripila o te enamora, no hay punto intermedio.
Harta del vacío que me daba el trabajo y flipando con la web de artesanía ETSY que descubrí hace años, decidí en el 2007 lanzar con una amiga, lo mismo pero en versión española My Crafty Closet. Desgraciadamente, a día de hoy y por falta de coste técnico, el proyecto no ha acabado de salir y respira en el ciber espacio. Durante dos años esa web fué mi obsesión y gracias a ella conseguí mi trabajo actual en una empresa de internet. No me preguntes como he pasado del periodismo a internet.. ni yo lo sé.
Después de mis ralladuras vino lo de mi super aventura de 3 semanas en Nueva York. Tengo que decir que parte de mi, cambió en ese viaje. Nunca había escrito en un blog y gracias a un tweet de una persona desconocida que me encontró no sé como, en mi tercer post obtuve cientos de visitas que me animaron a continuar escribiendo durante mi viaje. En ese viaje me di cuenta que lo que realmente me gusta en esta vida es escribir y que necesitaba continuar haciéndolo. Un año y tres meses después, retomo el blog no sólo para poner en práctica mi redacción, si no también para acercarme cada día, un poco más, a la ciudad de Nueva York y compartir con todos vosotros sus secretos. Vendría a ser como mi terapia personal al no poder, de momento…vivir en esa maravillosa ciudad.
La verdad es que es un placer escribir para ser leído. No sabéis lo que me motiváis todos los días.
Espero que no os hayáis dormido con esta mini historia de mi vida.
¡¡Empecemos este año arrancando nuestros sueños!!.
Bienvenidos al 2012